Pensar la defensa de los recursos naturales. Por Lic. Marcelo Rozas Garay

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Pensar la defensa de los recursos naturales.

 

 

por Lic. Marcelo Rozas Garay

 

En la última reunión de la UNASUR, el Secretario General de la organización, elevó una propuesta a los jefes de estado bajo el concepto: “Los recursos naturales como eje dinámico en la estrategia de integración y unidad de nuestros países”, fundamentándola en lo que considera la principal fortaleza de la región debido a la vastedad y variedad en recursos naturales, minerales fósiles y no fósiles, fuentes de agua dulce, bosques, tierras aptas para la agricultura, todo tipo de energía y, principalmente las limpias. Esta propuesta surge en momentos en que una gran parte de la humanidad discute y analiza cómo garantizarse el acceso a los recursos vitales y otra parte de la humanidad, aún cuando no se lo plantee directamente en términos de rivalidad o controversia, analiza cómo proteger aquello que asume como propio por estar en su territorio soberano.

 

A raíz de esta propuesta, en la Vita Cumbre UNASUR de Noviembre 2012, se instruyó al Secretario General para Iniciar en coordinación con los consejos sectoriales pertinentes, un estudio sobre la disponibilidad y potencialidades de los recursos naturales en la región suramericana, con miras al diseño de una estrategia de UNASUR para su aprovechamiento. El estudio contemplará entre otros aspectos, el relevamiento y sistematización de información relativa a las reservas de recursos naturales, así como un mapeo e inventario de los mismos.  Es decir, un paso importante para saber y conocer acabadamente aquello que debemos preservar y proteger.

 

Cuando hablamos de proteger o defender recursos no estamos sugiriendo desplegar un tanque en cada vertiente de agua o pozo de petróleo, sino por el contrario, hablamos de la creación de una estrategia integral que contemple un abanico de políticas y acciones que incluyan desde la preservación del recurso, la garantía de su explotación racional y, en la que no se descarte el diseño de un sistema defensivo disuasivo ante potenciales agresores externos, sin perder de vista que en las últimas décadas gran parte de conflictos armados han sido originados por el acceso al petróleo, a minerales e incluso como en India, la disputa por los ríos. A modo de ejemplo y en referencia al caso particular del agua, observamos que en el norte de África y en Asia meridional, la demanda ha superado la oferta. Esta situación, repetida en distintos lugares del planeta es la que nos lleva a reflexionar que existe una gran posibilidad de que a futuro los conflictos se trasladen a regiones con recursos naturales relativamente abundantes.

 

Michael Klare, profesor de la Facultad de Hampshire, Massachussetts, en su obra “Resource Wars: the new landscape of global conflict”, sostiene que el mundo se encamina a conflictos por la competencia y acceso a los recursos vitales y explica un cambio de política de EEUU que ahora también realiza ejercicios militares con países como Kazajistan, Kirgizstan y Uzbekistan, ricos en gas y petróleo, lo que nos indicaría que estamos frente al nacimiento de una nueva geografía estratégica definida por la concentración de recursos y no por las fronteras políticas.

 

La propia presidenta argentina al recibir a los Ministros de Defensa de UNASUR en 2011, sostenía:  “tenemos que crear un sistema de defensa que tenga como objetivo estratégico la defensa de los recursos naturales. No debemos olvidarnos que Sudamérica tiene más del 20% de las reservas mundiales de agua potable, cuantiosas reservas de gas y mucho espacio cultivable”. En nuestro caso particular, la actual política de Defensa Nacional especifica taxativamente que está orientada a disponer de un instrumento militar, sus fuerzas armadas, que sea  apto para defender no sólo a los habitantes y a su territorio, sino también a sus “recursos naturales”.

 

En este sentido, cobra relevancia el documento, conocido como Planeta Vivo 2010, que sitúa a nuestro país entre las 10 naciones que totalizan más del 60% de la capacidad de la Tierra para proveer servicios ambientales de importancia global, como la producción de alimentos y la captación de dióxido de carbono (CO2).

 

En el caso de Brasil, nuestro gran socio en el MERCOSUR y UNASUR, el actual  Ministro de Defensa y ex Canciller, Celso Amorin, señaló recientemente que Brasil debe contar con un efectivo sistema de disuasión militar que le permita proteger eventuales riesgos a los recursos naturales como la energía, el petróleo, el Amazonas, la biodiversidad y la capacidad de producción de alimentos. En este contexto, justificó la necesidad de contar con un submarino nuclear que represente una disuasión suficiente sobre una costa de ocho mil kilómetros y una plataforma continental rica en recursos naturales. En esta misma línea. Brasil considera que debe contar con un presupuesto de defensa similar al de Rusia, India y China, que vaya de su actual  1.5% de su PBI hasta alcanzar el 2,3% que actualmente destinan los otros países del denominado BRIC.

 

En su reciente visita a Bolivia, en el marco de la entrega de helicópteros para la lucha contra el narcotráfico y ante la presencia de Evo Morales, Celso Amorim, planteó que América del Sur necesita una política de «cooperación disuasiva» para proteger sus grandes recursos naturales ante las «fuerzas adversas» externas a la región y enfatizó que en medio de las crisis alimentaria, energética y ambiental en el mundo, los países de la región deben «estar listos para disuadir a fuerzas adversas que pretendan desconocer» la soberanía de las naciones para acceder a ese patrimonio natural.

 

En el caso particular de Chile, distintos sectores han comenzado a hablar de la relación entre los recursos naturales, la defensa y seguridad, al tiempo que algunas voces ya proponen la renacionalización de recursos vitales para su economía como el cobre y también del agua. En un seminario en agosto pasado, el Centro de Estudios e Investigaciones Militares (CESIM) perteneciente al Ejército de Chile, en conjunto con la Universidad San Sebastián, sede Valdivia, incluía en el temario “los recursos naturales en el contexto de la seguridad y la defensa”, lo que nos marca la importancia que asignan a esta temática los países de la región y la relación que existe entre la protección de los recursos y la defensa nacional.

 

 

Esta es la situación planteada en nuestro país y en nuestra región suramericana. Estamos frente a un desafío de crear una visión común en la UNASUR que contemple el aprovechamiento, la preservación racional y la defensa de los recursos naturales, incluyendo las herramientas para su implementación para evitar un nuevo documento académico de intenciones y expresiones de voluntad. Debemos asumir responsablemente que tenemos un compromiso por delante y un debate que no debemos eludir.

 

Lic. Marcelo Rozas Garay

rozasgaraym@hotmail.com

Enero 2013