Espacio de libre comercio en la ALADI: Una alternativa para el fortalecimiento del proceso de integración regional

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ESPACIO DE LIBRE COMERCIO EN LA ALADI: UNA ALTERNATIVA PARA EL FORTALECIMIENTO DEL PROCESO DE INTEGRACIÓN REGIONAL

 

por Lic. Fernanda Monti

 

 

El Tratado de Montevideo de 1980 (TM 80), establece como objetivo final el establecimiento, en forma gradual y progresiva, de un mercado común latinoamericano, definiendo, a su vez, variados mecanismos para canalizar la acción integradora de los países miembros. La posibilidad de lograr acuerdos de a pares o entre grupos países dio continuidad al proceso de integración superando el estancamiento en el que había derivado la ALALC.

 

Sin embargo, esa flexibilidad del TM 80 ha permitido la formación de bloques subregionales, plurilaterales o bilaterales de diferente alcance. También ha dado lugar a que la negociación, la evolución y el alcance de esos mecanismos hayan progresado de modos diversos y no necesariamente convergentes.

 

En la actualidad y al amparo del TM 80 los doce[1] países miembros de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) están vinculados por setenta y cuatro acuerdos comerciales, siete de los cuales son de Alcance Regional (plurilaterales); y sesenta y siete de Alcance Parcial (bilaterales o subregionales). Entre los Acuerdos de Alcance Regional, los más relevantes son la Preferencia Arancelaria Regional (PAR) y las Nóminas de Apertura de Mercados (NAM). En el orden de los Acuerdos de Alcance Parcial, se destacan los Acuerdos de Complementación Económica (ACE) los que pueden ser Acuerdos de Libre Comercio (ALC)[2] – que contemplan Programas de Liberación Comercial (PLC) – y Acuerdos de Preferencias Fijas (APF)[3].

 

En cuanto a las normas y disciplinas comerciales (Reglas de Origen, Salvaguardias, por ejemplo) las hay de carácter comunitario que, hoy, operan sólo para el caso de los Acuerdos Regionales (PAR y NAM) y para los productos no cubiertos por los Acuerdos de Alcance Parcial; y de carácter bilateral o subregional (negociadas en particular entre y para los países signatarios de cada Acuerdo de Alcance Parcial).

 

Esta verdadera red de Acuerdos comerciales ha derivado en la convivencia de normativas diversas y en una dinámica de negociación de acuerdos comerciales entre los países miembros de dispar intensidad cuya evolución, en su formato actual, no garantizaría la conformación de un mercado común. Tampoco ha contribuido a la administración de los acuerdos por parte de los organismos gubernamentales ni ha facilitado a los operadores y empresas el diseño de estrategias comerciales regionales. Todo ello ha dado lugar a un debate en el ámbito de la ALADI tendiente a buscar mecanismos que permitan fortalecer el espacio de libre comercio regional mediante un esfuerzo de convergencia y armonización de los compromisos asumidos entre los miembros.

 

Como resultado de esas discusiones y mediante la Resolución (octubre de 2004)[4], el Consejo de Ministros de la ALADI aprobó las “Bases de un programa para la conformación progresiva de un Espacio de Libre Comercio en la ALADI” y encomendó al Comité de Representantes la adopción de medidas destinadas a su implementación. Estas Bases tienen como objeto central el redireccionamiento del proceso de integración en sus diferentes aspectos.

 

Los miembros de la ALADI se encuentran, entonces, involucrados en un intercambio de ideas acerca de los posibles esquemas de negociación que permitan adoptar objetivos realistas en pos de una profundización y convergencia efectivas en materia de acceso a mercados; objetivos razonables en lo que hace a la actualización y armonización del marco normativo y objetivos equilibrados en lo que respecta a la inclusión de nuevos temas[5].

 

Y ese debate remite no solo a los diferentes intereses comerciales de cada miembro, sino también al grado histórico de participación en la región y la valoración política de la misma; y, por lo tanto, a las diferentes opciones de inserción internacional que cada uno de ellos ha desarrollado en los últimos quince años.

 

 

Los temas del Espacio de Libre Comercio: objetivos, plazos y ¿consensos?

 

De acuerdo con los lineamientos acordados por los países miembros, el desarrollo progresivo del Espacio de Libre Comercio (ELC) en la ALADI respetará los compromisos arancelarios y los marcos normativos pactados en los distintos acuerdos, así como la compatibilidad con los acuerdos vigentes, la instrumentación a través de mecanismos del TM80 y la coexistencia con negociaciones extrarregionales de los países miembros.

 

Estos lineamientos anticipan que no se producirán grandes cambios en el corto y mediano plazo y que los cambios a futuro probablemente representen escasas alteraciones respecto de las proyecciones que ya prevén los acuerdos vigentes. La discusión abre, sin embargo, un margen interesante para emprender el perfeccionamiento de algunas de las relaciones comerciales más importantes de la región.

 

Los componentes del Espacio de Libre Comercio (ELC) son: acceso a mercados, normas y disciplinas comunes, apoyo a los Países de Menor Desarrollo Relativo (PMDER) y materias complementarias.

 

En acceso a los mercados el objetivo de la iniciativa es el de establecer un acceso amplio y universal a los mercados, en plazos, modalidades y mecanismos acordados en una perspectiva convergente por los países miembros ya sea bilateral, plurilateral o regionalmente.

 

En lo que hace a normas y disciplinas la finalidad es la de contar con normas y disciplinas comunes en aquellos aspectos que facilitan y estimulan el comercio. Para este fin, se dispuso analizar la posibilidad de avanzar en un proceso gradual de compatibilización, armonización y/o reconocimiento mutuo, según corresponda, fijando plazos específicos para cada caso. Las normas y disciplinas objeto de análisis son: origen, salvaguardias, restricciones no arancelarias, solución de controversias, medidas sanitarias y fitosanitarias, normas, reglamentos técnicos y evaluación de la conformidad. En su mayoría estas normas y disciplinas serían de aplicación supletoria. Asimismo, se analizarían las posibilidades de incorporar el comercio de servicios, propiedad intelectual, protección de los conocimientos tradicionales, inversiones, doble tributación y compras del sector público.

 

Considerando las asimetrías existentes en la región, el proyecto ratifica la necesidad de fortalecer el Sistema de Apoyo a los PMDER con el objeto de incrementar la participación de los PMDER[6] en los flujos del comercio intrarregional y facilitar su acceso al mercado de los países miembros.

 

Se buscaría, también, desarrollar la cooperación y coordinación en materias que complementan y potencian el Espacio de Libre Comercio, tales como: integración física, integración digital, financiamiento del comercio, fomento productivo y relacionamiento con los sectores empresarial, laboral y académico.

 

En virtud de la Resolución 59, y fin de dar continuidad al debate, se realizaron dos Reuniones de Altos Funcionarios Responsables de las Políticas de Integración de los países miembros de la ALADI (en mayo de 2006 y en junio de 2007). Los países miembros analizaron y discutieron los alcances y cobertura del ELC, el establecimiento de lineamientos generales y modalidades de negociación de los componentes del ELC y la elaboración de posibles propuestas para su consideración en ocasión de la XIV Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros a llevarse a cabo en noviembre de 2007.

 

Al momento y como resultado de ambos encuentros, los miembros llegaron a un consenso en lo que hace a la voluntad política de avanzar en la integración; la construcción progresiva del ELC en base a los principios de: pluralismo, convergencia, flexibilidad y trato diferencial; el respecto de las características y ritmos de los Acuerdos vigentes; la existencia de múltiples vías para alcanzar el ELC; y la definición de plazos y modalidades de negociación para el ELC.

 

En la última Reunión de Alto Nivel los miembros acordaron algunos objetivos y plazos para su cumplimiento en los diferentes núcleos temáticos.

 

Entre los temas que se consideran maduros y presentan cursos de acción ejecutables antes de la reunión de ministros, se encuentran:

 

–          Reglas de Origen: donde se continuarán los trabajos en curso relativos al perfeccionamiento de la norma regional dando máxima prioridad a la digitalización de los certificados de origen;

–          Salvaguardias: donde se continuarán los trabajos en curso relativos al perfeccionamiento de la norma regional y se propiciará la aprobación del proyecto del Mecanismo sobre Notificación de Medidas de Salvaguardias;

–          Solución de Controversias: donde se elaborará un Régimen Regional de Solución de Controversias; y

–          Acceso a mercados: para lo cual se creará un Grupo de Trabajo para analizar diferentes alternativas para la consecución de los objetivos.

 

Acordaron, además, que en el mediano plazo se aborden aspectos relacionados con el perfeccionamiento del Acuerdo Regional Normas y Reglamentos Técnicos y la elaboración de un régimen regional de Normas Sanitarias y Fitosanitarias; así como se de continuidad a los estudios de propuestas para a acordar mecanismos de cooperación Políticas de la Competencia.

 

Si bien no se determinaron los plazos ni alcances de los futuros compromisos, fueron relevados como temas de interés la realización de análisis sectoriales que permitan encadenamientos productivos; la determinación de mecanismos de cooperación que faciliten en comercio entre aduanas; la cooperación horizontal en organismos internacionales; y la creación de un Centro Regional de Capacitación en materia de tecnologías de información y comunicaciones. También se acordó continuar con los trabajos en curso con miras a analizar formas para promover los flujos del comercio intrarregional de Servicios.

 

Como puede observarse, la profundidad de los compromisos y la extensión de los plazos para la discusión en cada ámbito temático reflejan el grado de sintonía de intereses entre los miembros. Cuanto mayores antecedentes regionales y menor nivel de compromiso o aplicación efectiva presente un tema, los objetivos son más claros y los plazos de análisis/negociación/implementación,  más cortos. Por ejemplo, aun con las dificultades técnicas que se manifiesten, es probable que el perfeccionamiento del Régimen de Origen regional se lleve a cabo y se implemente en plazos relativamente cortos, ya que existe una base común operativa y debido a que el mismo se aplica a los productos sólo beneficiados por las bajas preferencias de la PAR. Mayores dificultades se presentarán en lo que hace la liberación de aranceles, ya que los acuerdos vigentes reflejan equilibrios bilaterales o subregionales que les son propios y los hacen de difícil extensión a otros miembros.

 

 

Acceso a Mercados: alternativas en discusión

 

Las bases para los trabajos relacionados con acceso a mercados están dadas, al momento, por un relevamiento del sistema de preferencias realizado por la Secretaría General y cinco documentos de investigación encomendados a consultores (de México, Uruguay, Chile, Brasil y Perú).

 

En oportunidad de la última reunión de Altos Funcionarios (junio de 2007) se ha llegado a la conclusión de que este núcleo temático demandará más estudio proponiendo para ello la creación de un Grupo de Trabajo que deberá presentar alternativas de convergencia y profundización para alcanzar la ampliación del mercado.

 

Existe consenso en que la negociación, sea cual fuere el mecanismo, respetará los compromisos actuales en materia de acceso a mercado. Asimismo hay un principio de acuerdo en que el esquema para negociación del ELC deberá contemplar mecanismos que permitan equiparar las condiciones de acceso frente a terceros países con los que algún miembro haya negociado acuerdos comerciales.

 

A la fecha y en el curso de las dos Reuniones de Alto Nivel, se han expresado las siguientes alternativas para alcanzar el ELC en lo que hace a la eliminación de aranceles y medidas no arancelarias en el comercio intrarregional:

 

a)      Continuar con la actual estrategia negociadora, por pares o grupos de países, con vistas a ampliar la cobertura de los Acuerdos sea mediante la aceleración de los PLC de los Acuerdos de Libre Comercio (ALC), el desmantelamiento de las excepciones en los ALC (mediante su incorporación a sus PLC); y la sustitución de Acuerdos de Preferencias Fijas por ALC; o

 

b)      Diseñar programas de convergencia que posibiliten la progresiva multilateralización de los actuales Acuerdos de Alcance Parcial.

 

La primera alternativa ha sido sostenida principalmente por Brasil y acompañada por la mayoría de los miembros. México, por su parte, ha postulado la necesidad de diseñar programas de convergencia y multilateralización cuyo resultado final sería la consecución de un nuevo acuerdo de alance regional.

 

Ambos esquemas remiten a diferentes metodologías de negociación y auguran resultados disímiles.

 

Al sostenerse sobre la actual estructura de negociación, la primera alternativa requeriría de un  consenso genérico para el establecimiento de un objetivo de cobertura universal en términos de bienes; un plazo final para llegar al ELC y mecanismos para el tratamiento para los PMDR. Luego, cada par o grupos de países deberían encarar las negociaciones necesarias para desmantelar excepciones en los ALC o para incorporar productos y profundizar preferencias en los APF. Al mantenerse en el esquema de participantes propio a cada acuerdo, esa metodología permitiría llegar libre comercio en cada acuerdo resolviendo sus equilibrios intrínsecos del modo más satisfactorio para las relaciones involucradas. Definidos los plazos, los miembros deberían embarcarse simultáneamente en tantas negociaciones como acuerdos tengan suscritos y requieran su profundización o ampliación para cumplir con el objetivo. Al ELC se llegaría por la suma de los perfeccionamientos de los acuerdos de alcance parcial vigentes.

 

La propuesta mexicana aparenta ser menos onerosa en tanto labor negociadora y más efectiva y expedita en términos de resultados. Cada miembro, partiendo de sus actuales concesiones arancelarias, debería elegir un grupo de bienes a los que otorgará igual acceso a su mercado a todos los demás socios. La negociación se reduciría a la presentación de una lista de ofertas y las concesiones podrían hacerse efectivas de modo inmediato. Es de suponer que las ofertas estén conformadas por bienes o sectores para los cuales las importaciones originarias de ninguno de los miembros presenten dificultades en el mercado doméstico. Es probable que el diseño de una oferta en esa dirección difícilmente represente avances respecto de las coberturas de los acuerdos vigentes. Avances efectivos podrían alcanzarse sólo con el firme compromiso de ampliación, con plazos ciertos, de las listas iniciales y con la simultaneidad de participación de los doce miembros, factores que no han sido expresados en la propuesta mexicana.

 

El esquema de la primera alternativa recoge, acelerándolos, los lineamientos implícitos en la mayoría de de los ALC bajo los que se desarrollan las relaciones comerciales en la región. Si no se emprendiera ninguna iniciativa adicional, excepto la de desmantelar las excepciones a los PLC, la mayoría de las relaciones comerciales entre los miembros estará en condiciones de libre comercio en 2019.

 

La excepción en esa tendencia la representa México. Ese país ha sido el menos activo en el perfeccionamiento de sus relaciones con los demás miembros. Sea por mantener la mayor cantidad relativa de APF de escasa cobertura o por la cantidad de excepciones contenidas en los PLC de los ALC negociados con otros miembros.

 

De ahí que no sea casual que México presente la segunda alternativa. Dada su actual participación, el esquema negociador que entraña la primera alternativa demandaría a ese país un mayor esfuerzo relativo y la asunción de compromisos más profundos en términos de acceso a mercados. Para México las pautas y elementos que hoy parecen configurar el ELC no presentan el atractivo suficiente para iniciar ese derrotero. Es por ello que, además de ser uno de los principales impulsores de nuevos temas, ha planteado la necesidad de revisar cuestiones relacionadas con la nomenclatura, proponiendo abandonar la regional; y con el formato de las concesiones, proponiendo reemplazar el método de preferencias arancelarias por el de aranceles residuales.

 

El debate sigue abierto

 

Los países miembros de la ALADI han decidido iniciar un camino hacia el perfeccionamiento de la integración en la región basados en la necesidad inicial de armonizar la actual red de acuerdos comerciales de la región.

 

Sin embargo no existe una visión consensuada de cómo alcanzar el ELC, sobre todo a en lo que respecta a acceso a mercados y a la incorporación de nuevos temas de integración. Dada la estrecha vinculación de esos temas con las normas y disciplinas, esa falta de consenso condiciona, de algún modo, la profundidad y la efectividad de los avances que puedan acontecer en estas últimas.

 

Para algunos países el ELC es una oportunidad para imprimir transparencia y simplicidad al esquema de relaciones comerciales en la región; para otros, es una oportunidad para establecer un compromiso político que habilite instancias para perfeccionar acuerdos (y por ende relaciones) que se han estancado por diversas razones.

 

El debate está abierto y, como en todo ejercicio negociador, ninguna postura es definitiva. En la medida que el proceso pueda incorporar las demandas de los países miembros con las posturas más rígidas en lo que hace a revisar algunas cuestiones, más procedimentales que de fondo, relacionadas con acceso a mercados, será más fácil encontrar fórmulas intermedias. Luego, dependerá de que el compromiso político efectivamente se traduzca en las acciones necesarias para alcanzar el objetivo del ELC.

 

Lic. Fernanda Monti

Septiembre 2007

 

 


[1] Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

[2] Por ejemplo: ACE 18 (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay); ACE 33 (México, Colombia y Venezuela); ACE 59 (MERCOSUR – Colombia, Ecuador y Venezuela), etc.

[3] Por ejemplo: ACE 6 (Argentina, México); ACE 53 (Brasil, México); ACE 62 (MERCOSUR, Cuba).

[4] El documento está disponible en www.aladi.org.

[5] Por “nuevos temas” se entiende, entre otros, Servicios, Inversiones, Políticas de la Competencia; Compras del Sector Público; Propiedad Intelectual.

[6] Bolivia, Ecuador y Paraguay.