Unicornios en el mundo -Estados Unidos y China- las grandes usinas. La gran asimetría en la creación de empresas innovadoras a nivel internacional – Mg. Adriana Narváez

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Muchas cosas han cambiado a nivel mundial desde que en el año 2013, la inversora Aileen Lee utilizara el término “Unicornio” para denominar a las empresas cuya valuación superan el billón de dólares[1], precisamente haciendo referencia a lo mitológico y, por ende, lo extraño y hasta ese momento inviable, de encontrar compañías que superaran ese parámetro.

 

Uno de los cambios producidos durante estos siete años, tiene que ver con el hecho que internacionalmente, este tipo de empresas ya no son una rareza e, incluso, fueron necesarios adoptar nuevos términos que describieran nuevas categorías en función de valuaciones aún mayores.

 

Así nacieron los conceptos de decacorn y hectocorn, los cuales castellanizados serían decacornios y hectocornios, pero es importante aclarar que no están traducidos de forma oficial, y considero que no es casual, lamentablemente, sino solo una muestra más de la brecha, de la que a continuación nos ocuparemos, entre los países y regiones que fomentan la creación de dichas empresas y el resto del mundo.

 

Vale aclarar que el término decacorn engloba a las empresas cuya valuación supera los 10 billones de dólares y hectocorn, las que superan los 100 billones de la misma moneda.

 

De todas formas, más allá de esas sutilezas semánticas, aún superando esos mojones, se sigue utilizando en gran medida la categoría de unicornios de manera genérica.

 

Ahora bien, lo realmente clave al ver la evolución de este concepto desde el 2013 hasta la actualidad, es que más allá de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, hay una real guerra de inversiones y desarrollo en el campo de las startups [2], además de una impresionante concentración de las mismas por parte de ambos países.

 

En el último relevamiento de unicornios realizado hace apenas unos días (Agosto de 2020) por la publicación Hurun (el equivalente chino de la revista Forbes) – de la cual adjunto un extracto del listado al final de este artículo- existen, en el mundo, casi 600 empresas cuya valuación supera el billón de dólares. [3]

 

Pero lo más impactante de todo esto es que alrededor del 80 % de las mismas tienen sus bases en alguno de los dos países mencionados.

 

Y en este punto es importante destacar también, la concentración que, a su vez, a nivel interno se da ya que la mayor parte de los unicornios chinos se encuentran asentados en Beijing (Shenzhen está pisando fuerte con perspectivas de a futuro superarla) mientras que en Estados Unidos, si bien en el cuadro de referencia está desglosado, el área por excelencia es San Francisco y todo el corredor de influencia a lo largo de Silicon Valley (de hecho, si vemos el número de San Francisco y Silicon Valley juntos –Palo Alto, Redwood city, Mountain View, Sunnyvale, San Mateo, etc- superan el número de Beijing).

 

Esto deja expuesta de una forma tangible, la importancia de plataformas como clusters, parques tecnológicos y tecnópolis en el desarrollo del conocimiento (unas líneas más abajo hablaremos también del rol clave de los ecosistemas emprendedores). Un dato no menor y que ha jugado un papel extraordinario, precisamente, actuando de nexo entre la generación y gestión del conocimiento: en el centro geográfico del corredor Silicon Valley se encuentra la Universidad de Stanford.

 

Pero volviendo al plano internacional y explicando los números mencionados de otra forma para tomar real dimensión de lo dicho, dejemos en claro que Estados Unidos y China tienen más de 200 unicornios cada uno, en contraste a la veintena que, en forma individual, tienen los tres países que los siguen en el ranking (Reino Unido, India y Corea del Sur).

 

Creo que los números hablan por si solos al hacer referencia a la brecha entre regiones y países en relación al desarrollo de este tipo de empresas.

 

Situación en América Latina.

Si hablamos particularmente de América Latina el “gap” mencionado se mantiene e incluso se hace muy extremo en lo intra regional ya que el único país que aparece entre los diez primeros del ranking mundial es Brasil, seguido por Argentina, que con 5 unicornios se encuentra casi cerrando el top 20.

 

Las cinco empresas de nuestro país que se encuentran en este selecto grupo son Mercado Libre (precisamente, hace unos días se anunció que había superado los 50 mil millones de dólares de valuación), Globant, Despegar, OLX y la más reciente en incorporarse, Auth0.

 

Si hacemos referencia a los 10 principales unicornios de nuestra región, es importante destacar que entre las cinco primeras se encuentran dos argentinas y tres brasileñas. Camino al número diez, se suma una empresa colombiana y dos brasileñas más y luego, recién en las últimas dos posiciones encontramos dos mexicanas (una situación por demás preocupante para este país y por extrapolación, para la región, dado el peso relativo que esta economía tiene).

 

 

Para ver de forma más gráfica esta situación y el sector específico al cual cada empresa se dedica, el listado de los diez unicornios latinoamericanos (datos 2019 Statista), es el siguiente:

1)    Mercado Libre – Argentina. Plataforma de comercio electrónico, subastas y servicios financieros.

2)    PagSecuro – Brasil. Brinda servicios de compras, pagos y transferencias de fondos.

3)    B2W Digital – Brasil. Plataforma de comercio electrónico.

4)    Nubank – Brasil. Servicios bancarios digitales.

5)    Globant – Argentina. Servicios de ingeniería, diseño e innovación.

6)    Rappi – Colombia. Servicios de reparto/entrega de productos a domicilio.

7)    Totvs – Brasil. Servicios de software.

8)    99 – Brasil. Servicios de transporte colaborativo.

9)    Kio Networks – México. Servicios de tecnología.

10) Softtek – México. Soluciones de IT para negocios.

 

Lógicamente, estos rankings lo que muestran son resultados pero la real brecha y distorsión está dada por los diferentes niveles de desarrollo de los ecosistemas emprendedores, entendidos estos por los ambientes o contextos económicos y sociales que impulsan los procesos de emprendedurismo nacionales y regionales.

 

En dichas plataformas, términos como capitales semilla e incubadoras de empresas que motorizan y dan “el empujón inicial” a los mencionados emprendedores tanto en lo financiero como en lo vinculado a cierta capacitación, son moneda corriente.

 

Obviamente, esos ecosistemas tienen como base la creatividad, la innovación y la noción de emprendedores surgidos en los “garages” tan típica de Silicon Valley.

 

Por todo lo dicho, es claro que en la región tenemos que trabajar muy fuertemente sobre la base de la educación financiera, del emprendedurismo y la llamada revolución 4.0 ya que, lamentablemente, conceptos como Fintech -industrias financieras que aplican nuevas tecnologías-, Startups, Unicornios, IA -Inteligencia artificial-, etc aún no son conocidos de manera masiva.

 

Ese incremento de la educación en este ámbito (tanto en términos formales como informales) debería ir acompañado y sostenido por fuertes políticas de fomento y apoyo por parte de instituciones gubernamentales para lo cual realmente debería tomarse estas temáticas dentro de una política de estado que atravesara ideologías y gobiernos.

 

En un contexto internacional de industria 4.0, claramente el desarrollo de los países y, por ende, de sus habitantes sólo es factible a partir de la innovación, la creatividad, la tecnología y cada uno desde nuestro rol, debemos trabajar para que estos sean los elementos que actúen, tal como se denominan gran parte de los capitales que dan origen a estos emprendimientos, como la semilla que logre generar el desarrollo de nuestra región.

 

Mg. Adriana Narváez

Rectora

Instituto de Capacitación Aduanera.

 


[1] 1 billón es el equivalente a mil millones de dólares.

[2] Emprendimiento, generalmente de tipo tecnológico, que se encuentra en una fase inicial de desarrollo.

[3] Lógicamente hay que considerar que la volatilidad en las cotizaciones de sus acciones pueden modificar las valuaciones de las empresas involucradas, con lo cual los datos pueden tener variaciones de un mes a otro.