La certeza de la incertidumbre – Por Lic. Karina Villagra

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Luego de casi 70 días de aislamiento social, no quedan dudas de la globalidad en todas las áreas de sociabilización de la sociedad mundial. La pandemia de COVID-19 ha dejado demostrado no sólo la vulnerabilidad de la sociedad en cuestiones sanitarias, sino la del sistema económico global, independientemente  del  tamaño y las distintas realidades comerciales de los países del globo.

Según estimaciones de la OMC[1], el desplome del comercio en palabras de su Director General, Roberto Azevêdo, las «cifras son malas». previendo que el comercio mundial de mercancías se desplome entre un 13% y un 32% en 2020 debido a la pandemia. Los economistas de esa organización consideran que la caída puede superar incluso a la que vivimos en 2008.2009. El comercio además  ya registraba una desaceleración desde mediados de 2019 hacia inicios de 2020. (cuadro 1)

Relación entre el crecimiento del comercio mundial de mercancías y el crecimiento del PIB mundial, 1990-2020

Variación porcentual y relación

Fuente:    Secretaría de la OMC para los datos sobre el comercio y las estimaciones de consenso para el PIB histórico. Las proyecciones del PIB se basan en hipótesis simuladas con el modelo de comercio mundial de la OMC.

Sabemos que el comercio internacional, es particularmente sensible a los movimientos del mercado mundial, y absolutamente dependiente de las medidas y restricciones que promuevan los Estados en términos de política exterior. Si consideramos la situación general que están atravesando nuestros principales socios comerciales, para acotar un poco la mirada, es de esperar que, entre esos porcentajes previstos por la OMC, Argentina se encuentre en el arco de mayor porcentaje de caída.

Sectores productivos enteros se han cerrado por completo, el comercio de servicios ha cambiado sus modalidades y no tiene visos de apertura (ej: sector Turismo) más las crecientes restricciones a la movilidad, suman a la incertidumbre que no nos permite visualizar un posible horizonte de rápida recuperación en 2021. Esta recuperación, por supuesto está sujeta a la determinación política que proponga el gobierno actual y particularmente en Latinoamérica a los factores contextuales que presente cada uno de los países de la región.

Siendo nuestro país principalmente exportador de materias primas, y atento que el precio de  las commodities están yendo a la baja como impacto de las consecuencias del COVID-19, es de esperar que, sumado a la depreciación de nuestra moneda, todo ello impacte en el volumen de exportaciones y la consecuente baja en la generación de divisas genuinas.

Cómo será el abordaje del escenario posible para la Argentina es algo que preocupa, ya que existe un factor sobre el que no podemos establecer proyecciones,  es el tiempo, es no saber cuánto más va a durar la pandemia y por supuesto la gran pregunta de cómo quedará la economía mundial luego de ella. Nunca, en la historia económica se perdió tanto valor en tan poco tiempo y nos toca en un contexto de máxima incertidumbre financiera con el consiguiente ascenso del riesgo país, inflación estructural, limitantes al movimiento de divisas, emisión de moneda y en default técnico por no poder hacer frente a los pagos de nuestras deudas.

Aún no podemos considerar momento, ni modo concreto de forma o formas posibles de recuperación, aún arrastramos en continuo, el proceso de recesión de 2019. Pero los argentinos hemos desarrollado un entrenamiento particular en crisis, desafortunada experiencia de años. Por eso sabemos que estamos listos y siempre preparados para escenarios adversos con esfuerzo y trabajo, históricos pilares de nuestra idiosincrasia.

Lic. A. Karina Villagra

Lic. en Comercio Internacional

Especialista en Educación

karen_villagra@yahoo.com.ar

junio 2.020