Un informe de la OMC examina el papel del comercio electrónico durante la pandemia de COVID-19

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La Secretaría de la OMC ha publicado una nueva nota informativa en la que se examina la manera en que la pandemia de COVID-19 ha afectado al comercio electrónico, incluidas sus consecuencias para el comercio transfronterizo. El documento señala el creciente recurso al comercio electrónico, a medida que los consumidores se adaptan a las medidas de confinamiento y de distanciamiento social, y llama la atención sobre varios desafíos, como la necesidad de reducir la brecha digital en y entre los distintos países.

Además de ponerse de relieve el aumento del comercio electrónico durante la crisis desencadenada por la COVID-19, en el informe se examinan las medidas adoptadas por los gobiernos para facilitar el comercio electrónico, y algunas de las dificultades que plantean esas iniciativas. Los gobiernos han trabajado para aumentar la capacidad de las redes, alentar la prestación de servicios de datos ampliados a un costo reducido o nulo, y reducir o eliminar los costos de transacción de los pagos digitales y las transferencias de dinero por dispositivos móviles. En el informe se examinan también los debates sobre el comercio electrónico que se están celebrando en la OMC y de qué modo la aplicación sostenida del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC podría resolver algunos de los problemas planteados por la pandemia de la COVID-19.

En el informe se afirma que las experiencias y las enseñanzas derivadas de la crisis de la COVID-19 podrían ser un nuevo incentivo para la cooperación mundial en la esfera del comercio electrónico, lo que podría servir a facilitar el movimiento transfronterizo de bienes y servicios, reducir la brecha digital y establecer condiciones de igualdad para las pequeñas empresas.

 

Cuestiones fundamentales:

  • El distanciamiento social, el confinamiento y otras medidas tomadas en respuesta a la pandemia de la COVID-19 han llevado a los consumidores a aumentar las compras en línea y el uso de las redes sociales, la telefonía por Internet, la teleconferencia y la reproducción de vídeos y películas.

 

  • Estas nuevas tendencias han provocado un súbito aumento del comercio entre empresas y consumidores y un incremento del comercio electrónico entre empresas.(1) La intensificación del comercio entre empresas y consumidores se refleja especialmente en las ventas en línea de suministros médicos, productos de primera necesidad y alimentos.

 

  • También ha aumentado la demanda de servicios de Internet y de datos móviles. Los gobiernos y las empresas tuvieron que adaptar urgentemente la capacidad y la amplitud de las redes al incremento de las actividades en línea. Sin embargo, la demanda ha disminuido en el caso de algunos servicios que requieren un gran número de transacciones en línea, como los servicios de turismo.

 

  • El comercio electrónico de bienes y servicios se ha visto afectado negativamente por los mismos factores que han causado una perturbación de la oferta y la demanda en general. Esas perturbaciones han provocado retrasos en las entregas o en algunos casos la cancelación de los pedidos. Durante la pandemia han surgido o se han agravado varios otros problemas relacionados con el comercio electrónico, como el aumento excesivo de los precios, las preocupaciones sobre la seguridad de los productos, las prácticas que pueden inducir a error, las preocupaciones en materia de ciberseguridad, la necesidad de aumentar el ancho de banda y las preocupaciones relacionadas con el desarrollo.

 

  • La pandemia ha puesto de relieve la evidente necesidad de salvar la brecha digital, tanto dentro de los países como entre ellos, teniendo en cuenta el papel central que ha desempeñado la economía digital durante la crisis. Muchos obstáculos habituales se han visto acentuados y han seguido impidiendo que participen más activamente en las actividades de comercio electrónico los pequeños productores, los vendedores y los consumidores de los países en desarrollo, en particular en los países menos adelantados (PMA). Esto ha puesto en evidencia la necesidad de contar con servicios de tecnología de la información y las comunicaciones eficientes y asequibles, como las telecomunicaciones, los servicios de informática y otros servicios de tecnología de la información y tecnologías emergentes.

 

  • Los gobiernos han adoptado nuevas medidas y el sector privado también ha actuado a fin de responder a la nueva situación y para que el comercio electrónico pueda ayudar a superar algunos de los desafíos que nos plantea la lucha contra el virus. Entre ellos figuran aumentar la capacidad de las redes, ofrecer servicios de datos ampliados a un costo reducido o nulo, reducir o eliminar los costos de transacción de los pagos digitales y las transferencias de dinero por dispositivos móviles, mejorar los servicios de entrega y otros aspectos logísticos, utilizar herramientas digitales para hacer cumplir las medidas y difundir información, promover los servicios de telesalud y mejorar el uso de la tecnología de la información y las comunicaciones para la vigilancia.

 

  • La amplitud mundial de la crisis desatada por la COVID-19 y sus repercusiones en el comercio electrónico pueden alentar una mayor cooperación internacional y la elaboración de más políticas para la compra y el suministro en línea. La pandemia ha dejado en claro que el comercio electrónico puede ser un importante instrumento o solución para los consumidores. El comercio electrónico también puede apoyar a las pequeñas empresas y, al aumentar la competitividad de las economías, ser un motor del crecimiento interno y el comercio internacional.

 

  • La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de las tecnologías digitales en general, pero también varias vulnerabilidades en todo el mundo. Las experiencias y enseñanzas resultantes son pertinentes para iniciar diversos debates en la OMC, incluidos los relativos al comercio electrónico, que podría beneficiarse de una mayor cooperación internacional para facilitar el movimiento transfronterizo de bienes y servicios, reducir la brecha digital y establecer condiciones de igualdad para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

Fuente: OMC