CHINA: La apreciación del yuan deja a EE.UU. con un argumento menos

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La apreciación de la moneda china, el yuan renminbi, ha desprovisto a Estados Unidos de una de sus más poderosos instrumentos de presión en la relación comercial con China. La propiedad intelectual y las supuestas «barreras» comerciales se convierten ahora en el foco de los ataques.

 

La supuesta “depreciación artificial” de la moneda china, el yuan renminbi, había sido hasta ahora uno de los principales flancos de ataque contra China desde Estados Unidos en material comercial. Washington acusaba repetidamente a Pekín de mantener su divisa baja como forma de favorecer la exportación de sus manufacturas.

 

Sin embargo, el poder de cautivación del mantra del yuan, que se repetía por igual en boca de congresistas, abogados, empresarios y candidatos presidenciales, ha comenzado a perder su efectividad debido a las sucesivas apreciaciones de la divisa china en los últimos meses. Desde junio de 2010, el renminbi se ha revalorizado al menos 7 por ciento frente a la moneda estadounidense.

 

Independientemente del efecto que la presión de algunos países haya podido ejercer sobre las autoridades chinas, la decisión de elevar el valor del yuan corresponde también a ciertos intereses de China, como reducir la dependencia económica del país sobre las exportaciones, incentivar el consumo interno y, más a largo plazo, convertir el yuan en una divisa internacional.

 

Ahora, con sus exportaciones hacia China en ascenso, Estados Unidos tendrá que recurrir a otros argumentos de peso en sus diatribas comerciales con el país asiático, tal y como indicaba un artículo publicado en el ‘New York Times’ ayer miércoles, en el que se señalaba cómo algunos congresistas han decidido no enfatizar la apreciación del yuan con el objetivo de mantener la presión sobre China y el apoyo en el Congreso estadounidense a un proyecto para imponer sanciones sobre los productos chinos.

 

Así las cosas, nuevos frentes se perfilan como punto de fricción entre Washington y Pekín, en especial en lo referente a los derechos de propiedad intelectual, en cuya protección efectiva se acusa a China de ser demasiado laxa, y las supuestas barreras comerciales y de inversión que deben afrontar las empresas extranjeras a la hora de invertir en el país asiático. Estos nuevos caballos de batalla empiezan a encontrar predicamento entre los políticos estadounidenses.

 

Ante la visita del vicepresidente chino Xi Jinping a Estados Unidos, la cámara de comercio estadounidense en Shanghái publicó un estudio en el que destacaba el aumento de los costes de producción, las violaciones de la propiedad intelectual y la incertidumbre regulatoria sobre medio ambiente como principales causas de preocupación para las empresas estadounidenses en China, según informa Reuters.

 

Xi, en una intervención ante la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Washington el martes, quiso dejar claro que su país ha tomado medidas para hacer frente a dichas quejas. No obstante, en este asunto también, China ha querido dejar claro que, al igual que la apreciación de su divisa, las medidas para proteger los derechos de propiedad intelectual se han tomado no por presión exterior, sino porque “corresponde con nuestras propias necesidades”, según indicó el portavoz de Exteriores, Liu Weiming, citado por Reuters.

 

Liu también dejó dicho: “Las empresas extranjeras deben reconocer que China es un país enorme y estos esfuerzos llevan tiempo”.

 

Fuente: spanish.china.org.cn