Mujica abogó por la integración con Brasil sobre la base de la reciprocidad

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El Presidente Mujica aludió a la integración con Brasil y las posibilidades como país de desarrollar determinados rubros. “Uruguay, en su lucha por la integración, debe tener en cuenta cuáles son sus puntos fuertes y débiles”. Habló de la importancia de construir reciprocidad en un mundo donde vender es difícil y dijo que el país no necesita “fábricas imponentes” porque puede encajar como cuota parte de sistemas mayores.

En su audición por M24, el Presidente de la República, José Mujica, aseguró que la actividad económica expresada en los mercados, por sí sola, no arregla los problemas de reparto relativamente equilibrado en las sociedades. “La teoría de que el vaso se debe llenar y luego rebozar y derramarse al resto de la sociedad demostró que es posible que la riqueza se multiplique varias veces y sin embargo, en el fondo, queda gente postergada que va creciendo y se tiende a generar dos sociedades”, narró.

A su entender, el Estado debe contribuir, en todas sus formas, a romper ese orden injusto del mercado y tener políticas que ayuden al equilibrio. Entiende que dejar correr al mercado y a la vez retocarlo permanentemente para contribuir con quienes lo necesitan, crea enfrentamientos en la propia sociedad.

 

“A su vez el mundo del trabajo deja en claro que el grueso de los puestos de trabajo en una sociedad lo terminan generando las pequeñas y medianas empresas”, ya que las grandes ocupan a muy poca gente y no solucionan el problema del empleo. “Ese es uno de los motores de la falta de equidad de la economía”.

Recordó que algunas actividades por su naturaleza, sobre todo aquellas de tipo industrial, requieren juntar un conjunto grande de recursos. Son empresas muy grandes por el capital que mueven, el tamaño de su producción, el valor y las tareas que realizan. Citó como ejemplo la metalúrgica básica (perfiles y caños de acero, chapas) que requieren hornos, fundiciones, etcétera. Lo mismo ocurre con la industria del aluminio. “Podría citar un conjunto de actividades que no ocupan el trabajo grueso de la gente, pero producen parte del trabajo que se consume en la sociedad y que se distribuye en actividades más pequeñas”.

Aseguró que un país pequeño es probable que no tenga escala para producir esos materiales en gran cantidad y dependerá de importar los básicos, para luego construir otras cosas. Al Uruguay, además de la relación calidad precio, le debe interesar poder venderle los productos terminados a quienes le importamos lo básico. “La búsqueda de la reciprocidad en un mundo donde vender es difícil. De eso se trata cuando se habla de integración”, añadió.

Mujica citó varios ejemplos entre los que se incluye la maquinaria agrícola e industria automotriz, donde es difícil pensar que Uruguay tenga fábricas globales, “pero no imposible, siempre y cuando los dueños entiendan que deben abrir las puertas para comprar buena parte de lo que se puede hacer en Uruguay; a eso llamamos integración”. “Hay que hacer entender a Volkswagen o Chevrolet Brasil que tiene que abrir una cuota importante de participación en su construcción. Ahora, si esa burguesía quiere tragarlo todo, no hay posibilidades de integración”, dijo. En este sentido, aludió a la responsabilidad de un país grande, como es Brasil, para que se concrete.

“Si queremos vender valor agregado tenemos que entender que es fundamental tener mercado y después calificar con buenos oficios a nuestra gente. No se necesitan fábricas imponentes, porque podemos encajar como cuota parte de sistemas productivos grandes y complejos”, aseguró. Otro ejemplo es el de la industria naval. Entiende viable el desarrollo de una industria de este tipo. “Es posible si tenemos libre acceso al mercado brasileño que, por su escala, demandará centenares de embarcaciones y si estamos dispuestos a consumir los materiales básicos que la industria brasileña dispone”.

Mujica recordó que durante toda la vida ganadera del país el principal producto que se vendía era la carne, pero siempre nuestros precios estaban por debajo de los de Australia o EE. UU. “Hace tres o cuatro años que estamos arriba de los precios que cobra Australia y en algunos momentos superamos a los de EE. UU. porque hicimos trazabilidad, porque cuestiones técnicas nos dan garantía y prestigian la carne uruguaya en el mundo, lo que nos permite vender más y más caro”, indicó como ejemplo de una buena tarea.

El jerarca cerró su audición diciendo: “Hace muchos años Uruguay firmó, con buena intención, el poder caminar hacia un mercado común. En parte está creado, y menos mal que existe, pero tiene muchos defectos. Hoy trabajamos en una política para ir avanzando y acumular experiencia para crecer en valor que, en definitiva, hará crecer el poder adquisitivo de la sociedad uruguaya”.

 

Fuente: Presidencia de la República Oriental del Uruguay