Sin límites para emitir – Por Dr. Oscar Palomba

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Sin límites para emitir.

 

Por Dr. Oscar Palomba

Que la economía no es una ciencia exacta, es una verdad de perogrullo. Las decisiones de inversión conllevan  la asunción de escenarios futuros posibles y la consecuente aceptación de los riesgos que ello implica. Por lo tanto,  los análisis sólo pueden tener por ciertos los datos del presente.
El conocimiento de la historia puede ayudar, pero con límites, no es un absoluto. Por ello la descripción y comprensión de algunos de los elementos que hacen al «modelo global» son de utilidad siempre que se los perciba como una parte de un universo infinito.

Uno de esos elementos, y de sustancial importancia, es la decisión de la Reserva Federal de USA, que, de distintas maneras, ha dado claras señales a los mercados de que emitirá todos los dólares que sean necesarios a efectos de sostener el nivel de actividad económica. No conforme con ello, USA presionó a los distintos gobiernos de la Unión Europea a actuar en una forma similar a como lo había hecho la Reserva Federal. La presión fue consentida y aceptada, aunque con las reservas de algunos estados miembros. Los euros también comenzaron a reproducirse rápidamente.

Toda esa «creación» de dinero ha tendido a valorizar las monedas de aquellos países que «no emiten» (por lo menos en tanta cantidad y proporción). Esta valorización de sus monedas encarecen sus exportaciones. Consecuencia: esos países, para no perder sus ventajas competitivas, también estan viendo como hacer para devaluar las mismas. Con este panorama en las economías occidentales, que prolongan el proceso de ajuste iniciado en 2008, y China reduciendo sus inversiones en bonos del tesoro americano, han llevado al oro, nuevamente, a ser considerado como autentica reserva de valor produciendo un importante aumento de su precio.

Hay un escenario que preanuncia que hasta 2015 (¿…?) continuarán los lineamientos de política económica señalados a efectos de priorizar el sostenimiento del nivel de actividad. Esto es, una bajísima tasa de interés (negativa) que oriente al consumo más que al ahorro. Ahora bien, ¿ Que ocurre si alguien contrariando las políticas vigentes, que en síntesis dicen: «ud gaste, consuma y no se preocupe por ahorrar que el estado va a emitir todo el papel moneda necesario para que la economía siga funcionando», de todas maneras quiere ahorrar ??
En verdad, las alternativas se reducen a protegerse comprando activos físicos (o los títulos  que los representen).  En el exterior: commodities, acciones, inmuebles (que además ayudan a digerir la gran sobreoferta existente). En la Argentina, una señal acerca de la orientación de los ahorros, lo da el hecho de que el cincuenta por ciento de los depósitos a plazo fijo de los bancos, provienen del estado. Esta huída del dinero se canaliza hacia tres sectores fundamentales: 1) el consumo, 2) la inversión inmobiliaria y 3) la fuga de capitales. Por eso, todos estos valores se encuentran «disparados», ya que representan una alternativa protectiva a la pérdida de valor del dinero. Todo indica que localmente es intención de las autoridades continuar con estos lineamientos, prueba de ello es que la última reforma a la carta orgánica del Banco Central tuvo como objetivo independizar la emisión de dinero del nivel de reservas existentes.

De lo expuesto, es fácil observar que tanto en la Argentina como mundialmente, las decisiones de inversión están motivadas para ser ante todo una protección ante la emisión de papel moneda sin respaldo alguno. Por supuesto que con matices, en efecto, cuando Estados Unidos emite dólares es como si emitiera un cheque que nadie nunca se presenta a cobrar y además, su poseedor, está feliz de tenerlo consigo ; mientras que cuando la Argentina emite pesos, tengan éstos la imagen de Roca o de Evita, los tenedores de los mismos tratan de sacárselos de encima haciéndolos circular lo más rápidamente posible.

La pérdida de credibilidad en los sistemas financieros (léase bancos), los estados emitiendo moneda a diestra y siniestra con más los chinos alterando prácticamente a discreción el precio de los principales commodites, han producido que el más antiguo refugio de valor recobre su vigencia. Por todo ello, quienes aún conserven en su poder «las joyas de la abuela» y no necesiten desprenderse de las mismas, es razonable que se sientan tentados a conservarlas por un tiempo más. Sobretodo si son de oro.

 

Dr. Oscar Palomba
palomba@fibertel.com.ar

Octubre 2012