"La industria gráfica puede abastecer de libros al mercado y dar un salto exportador", dijo Giorgi

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La ministra de Industria, Débora Giorgi, afirmó hoy que la industria gráfica nacional está preparada para abastecer al mercado local y dar un salto exportador. Agregó que si se sustituyen importaciones se pueden llegar a crear aproximadamente 5.000 nuevos puestos de trabajo.

«Una fuerte industria gráfica nacional es la garantía para que los jóvenes autores argentinos puedan publicar sus obras que son ignoradas por las grandes editoriales multinacionales», dijo Giorgi en un comunicado.

Agregó que «defendemos el trabajo nacional de la competencia desleal de centros de impresión que se han establecido en países en los que se producen libros bajo sistemas de dumping social y ambiental».

«Las dificultades de las editoriales locales frente a las internacionales limita la edición e impresión de autores de bajos volúmenes y, fundamentalmente, de autores nuevos, con lo que directamente se afecta la creación cultural argentina tanto desde el punto de vista del acceso de los escritores como del acceso de los consumidores a los nuevos autores», afirmó la ministra.

Giorgi precisó que en Argentina se consumen 90 millones de libros por año, de los cuales 30 millones son de manufactura nacional, lo que implicó importaciones por 122 millones de dólares en 2011.

«El sector gráfico tiene la competitividad necesaria para abastecer al mercado local y convertirse en exportador», dijo la ministra.

La industria gráfica argentina está integrada por aproximadamente 7.000 empresas que emplean a 60.000 personas e invirtió en los últimos ocho años 760 millones de dólares.

De este conjunto, aproximadamente 25.000 personas trabajan en empresas que imprimen o pueden imprimir libros.

La ministra afirmó que «es imprescindible tener una industria imprentera y editorial local» y explicó que «las medidas de protección de los consumidores, como la reciente limitación a la importación de libros impresos con tintas que contienen niveles de plomo por encima de lo permitido, apunta a asegurar la salubridad de los productos comercializados». La medida también busca «equilibrar las condiciones de competencia con los productos hechos en países donde no se cumplen estas normas».

Por último, Giorgi recordó que «la impresión de libros en Argentina es una actividad con una extensa tradición y a mediados del siglo veinte nuestro país llegó a ser el primer productor de libros hispanoparlantes del mundo. Creemos que la industria nacional puede ser nuevamente líder en edición e impresión».