EEUU: El plan de Obama para crear empleo y reducir el déficit

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Nuestra prioridad principal como nación, y mi prioridad principal como Presidente, tiene que ser hacer todo lo que podamos para reactivar el motor del crecimiento de los Estados Unidos: una clase media creciente y próspera.  Esa es nuestra Estrella del Norte.  Eso tiene que ser el factor que impulsa todas las decisiones que tomemos.

Ahora bien, en el día de ayer, tuvimos conocimiento de que nuestros negocios crearon 95,000 nuevos empleos el mes pasado. Eso representa cerca de 500,000 nuevos empleos este año, y casi 6.5 millones de nuevos empleos durante los últimos tres años.

Pero tenemos más trabajo que hacer y lo menos que necesitamos son más heridas auto-infligidas por Washington, tales como los recortes de gastos generalizados que ya están haciéndoles daño a muchas comunidades; recortes que los economistas predicen que le costarán a nuestra economía cientos de miles de empleos.

Si queremos continuar reconstruyendo esta economía sobre una base más sólida y fuerte para su crecimiento, un crecimiento que cree empleos buenos que ofrecen la seguridad a la clase media, tenemos que tomar decisiones más sensatas.

Esta semana, yo le enviaré un presupuesto al Congreso que contribuirá a hacer precisamente eso; un plan específico que es fiscalmente responsable para los empleos de clase media y el crecimiento.

Durante años, en Washington se ha sostenido un debate entre reducir nuestros déficits a toda costa y hacer las inversiones que necesitamos para fomentar la economía.  Mi presupuesto le pone fin a ese debate.  No tenemos que escoger entre esas metas sino que podemos lograr las dos.  Tal como lo presenciamos en la década de 1990, no hay nada que reduzca más rápido los déficits que una economía creciente que cree buenos empleos.

Mi presupuesto reducirá adicionalmente nuestros déficits, no mediante recortes de gastos sin propósito e imprudentes que perjudican a los estudiantes y a las personas de la tercera edad y a las familias de la clase media, sino mediante un enfoque equilibrado que el pueblo americano prefiere y las inversiones que exige una economía creciente.

Ahora bien, no obstante todo el barullo y dramatismo en Washington, la realidad es que nuestros déficits ya se están reduciendo al ritmo más rápido en varias décadas.  Eso es un hecho.  Ya yo he promulgado más de $2.5 billones en reducción de déficits, y mi presupuesto reducirá el déficit en cerca de $2 billones más, sin perjudicar la recuperación.  Eso sobrepasará la meta de $4 billones en reducción del déficit que los economistas creen que se requiere para estabilizar las finanzas de la nación.

Lo haremos de dos maneras: haciendo las reformas difíciles que se requieren para fortalecer los programas de jubilación para las generaciones futuras, que son reformas con las que muchos Republicanos están de acuerdo y mediante una reforma de impuestos que elimine los ineficientes vacíos legales de impuestos para los ricos y bien conectados.  Después de todo, en un momento en que las utilidades corporativas jamás han sido más altas, ciertamente podemos eliminar ciertos beneficios de impuestos de intereses especiales como los subsidios a los contribuyentes que se les conceden a las compañías petroleras grandes que no tienen problema alguno.

Sin embargo, la reducción de déficits no puede lograrse a costa del crecimiento económico ni de la seguridad de la clase media.  Y no tiene que ser así.  Mi presupuesto hará inversiones críticas para fomentar la economía, crear empleos, y fortalecer la clase media.

Como dije en mi discurso del Estado de la Unión, todos los días debemos hacernos tres preguntas: ¿Cómo logramos hacer de los Estados Unidos un imán para atraer buenos empleos?  ¿Cómo equipamos a nuestros trabajadores de las habilidades que ellos necesitan para ocupar esos empleos?  Y, ¿cómo nos cercioramos de que el trabajo duro dé lugar a un medio de vida decente?

Para lograr que los Estados Unidos sean un imán para atraer buenos empleos, invertiremos en manufactura de alta tecnología, energía americana de nuestras propias fuentes, y colocaremos a la gente en la construcción de nuevas carreteras, puentes y escuelas, al tiempo que eliminamos la burocracia para ayudar a las empresas a crecer.

Para equipar a los trabajadores de las habilidades que ellos necesitan para ocupar esos empleos, invertiremos en la educación que comience en los primeros años de vida de nuestros niños, y en capacitación laboral que equipe mejor a los trabajadores para competir en una economía de alta tecnología que se mueve a un ritmo acelerado.

Para cerciorarnos de que el trabajo duro se recompense, construiremos nuevas escaleras de oportunidad para llegar a la clase media, y nos concentraremos en revitalizar algunas de nuestras comunidades que han sido las más golpeadas por la recesión y la pérdida de empleos.

Cada una de estas inversiones contribuirá a fomentar la economía y a crear empleos.  Ninguna de ellas le añadirá nada al déficit.  Y yo presentaré estas prioridades en mayor detalle más adelante esta semana.

Es un presupuesto que no hace gastos más allá de nuestras posibilidades.  Y es un presupuesto que no hace recortes bruscos e innecesarios que solo sirven para frenar nuestra economía.  Mantendremos nuestra promesa a la generación que envejece apuntalando nuestros programas de jubilación y cuidado de la salud.  Y pondremos nuestra fe en la promesa de la próxima generación invirtiendo en los conceptos fundamentales que construyeron nuestra clase media en el siglo pasado, y que la mantendrán fuerte y próspera durante mucho tiempo en este siglo.  Gracias.

Presidente Barack Obama – Mensaje semanal – Casa Blanca –

6 de abril, 2013

Fuente: Casa Blanca